lunes, 14 de octubre de 2013

La familia judía Seror en España

García Seror, Antonio: “Los Seror en España”. Aache Ediciones. Colección “Letras Mayúsculas” nº 24. Guadalajara, 2009. 144  páginas. ISBN 978-84-96885-83-7. PVP 10 Euros.

Ofrece este libro la historia completa de la familia Seror distribuida por el mundo. Son los Seror un grupo muy numeroso, cuyo origen está en la España medieval, de la que en 1492, tras el edicto de expulsión de los judíos dictado por los Reyes Isabel y Fernando en Castilla y Aragón, deben salir, dispersándose por el norte de Africa, pero llegando muy lejos, a Oriente Próximo, a América también, y a toda Europa. Entre los miembros de esa saga tan ancha, aparecen personajes curiosos, como Mardochée Abiseror, que fue un rabino viajero por el continente africano y guía de Foucould, concluyendo con un detallado árbol genealógico en el que se incluye el autor, que es de origen sefardita.
Además se estudia la dudosa utilización que se ha hecho del término sefardí, de su manipulación política, y del extraño antijudaísmo español a medias entre la tragedia y la comedia. En todo caso, un libro de interés y apasionada búsqueda, rescatando de alguna forma uno de esos "vasos arteriales" que ha mantenido viva la idea de  Sefarad en la mente de muchos.

En este libro, concretamente, el autor, descendiente de sefarditas, indaga en los orígenes del apellido, de la familia, y entresaca de tantos miles de sujetos algunos verdaderamente notables, llegando a hacer un árbol genealógico de los últimos siglos, y de los que aún quedan vivos. Una saga palpitante, que tanto tiene que ver con España, la Sefarad de los judíos.
El texto que sigue nos lo ha pasado el autor. Merece la pena leerlo:

Desde mis años de veraneo en Tánger, lugar de origen de la familia de mi madre, en los años 1947 a 1955, yo venía oyendo leyendas sobre mis antepasados. Por ejemplo, la de uno que había descubierto el camino a Tombuctú, o la del tío que fue capitán del Estado Mayor en la Guerra Civil y luego vivió hasta 1965 en la clandestinidad, porque se negó a regresar a Marruecos, tras pasar tres años en prisión, sólo por el hecho de haber sido oficial, o la de mi tía Sara la loca, que nunca trabajó, etc. etc.
Todas estas ideas y los recuerdos del Tánger internacional se habían mantenido vivos en mi cabeza, cuando me llamó una sobrina desconocida para darme datos de primos y demás familiares en España a la vez que otro Seror de Paris aparecía dando datos de su familia y de otros Seror que vivían en Francia. Todo esto me movió a comenzar un árbol genealógico, que llegó a tener unas 200 personas censadas.
En la búsqueda de estos orígenes y a través de la Embajada en Argel, conecté con un Monseñor que me indicó que hablase con Jacob Oliel, de Orleáns, quien había escrito una biografía de mi tatarabuelo Mardochée Aviseror, rabino nacido en 1926 en Akka, Marruecos, que fue famoso por varios hechos: Como comerciante caravanero, que convenció al emir de Tombuctú para que no se matase a los infieles por el hecho de ser una ciudad santa musulmana y le permitiese establecerse allí. Es increíble el espectáculo de las caravanas, a veces de 1000 camellos, los caravanserrail, la logística del viaje, etc. Mardochée fue también el guía de Charles de Foucauld, en el viaje que hizo por el Norte de Marruecos, antes de hacerse sacerdote. Sobre este viaje hay amplia literatura.
A la vez, mi abuelo Shalom había dejado escritas las actas de nacimiento de sus hijos, en una caligrafía propia de la zona, que sólo logré traducir a través de un profesor de la Universidad de Jerusalén a quien le estoy enormemente agradecido. Y es que mucha de la documentación personal, se pierde en el mundo hebreo, debido a los trajines de las constantes mudanzas que han sufrido sus miembros hasta el siglo pasado. Por eso conservar esos datos es un tesoro.
Era importante además saber el origen del apellido y su desarrollo en el mundo y se tiene constancia, en la Biblia, de una citación de un Zeror:
El nombre bíblico Zeror viene a significar haz, ramillete, gavilla, que precedido de ABI (mi padre, o padre de) quiere decir “mi padre es un haz o el padre del ramillete”. Se puede interpretar como: mi padre es Dios (Samuel I, cap. 9, versículo 1).
Es fascinante el tratamiento lingüístico de los nombres al trasliterarlos de una escritura a otra. Según el lugar, el idioma a que se pasan los signos y la época en que se hace, se obtienen muy diferentes resultados. Así ha habido Aviseror, Seror, Serour, Cedor, Abeçeror, etc.
El tema de los sefardíes ha sido explotado desde todos los puntos de vista: políticos, comerciales, culturales, etc. hasta el extremo de que hoy es difícil saber exactamente qué es lo que se quiere decir con este término. Por eso he tratado de aclarar la cuestión y al menos poner algunas dudas sobre la mesa, por ver si se logra centrar la idea. Lo mismo que el antijudaísmo español, tan larvado o tan exaltado, aunque en ambos casos peligroso y que deja a los judíos en situación permanente de incomodidad, frente al conjunto de la sociedad. España es un país antijudío y es importante que los que lo son sin ser conscientes de ello, se aclaren en este punto.
Por último resultó interesante descubrir que en el siglo VIII hubo dos escuelas de Serorre en España, una, de Cabalistas en Tudela y Calahorra y otra de talmudistas en Toledo. En el siglo XII se produjeron documentos de ventas y negocios diversos por parte de Serores, que aún se conservan y en el XVIII, en Tudela, se bautizó una María Theresa Seror, de la que por ahora, no se han conseguido más datos.
Otros temas tratados en el libro son: Las consecuencias de la Guerra Civil, la extensión de los Serores por el mundo, un árbol genealógico restringido, cómo el primo Joël de Paris tiene censados a más de 2000 personajes Seror, los Serores de Perú en la selva y muchos otros más.


El libro tiene 144 páginas, muchos grabados antiguos, y forma parte como número 24 de la Colección “Letras Mayúsculas” de la editorial AACHE de Guadalajara. 

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