domingo, 29 de diciembre de 2013

Largo viaje por la Sierra Norte

Pérez Arribas, Andrés: “Viaje por la Serranía de Guadalajara”. Aache Ediciones. Colección “Viajero a pie” nº 5. Guadalajara, 2002. 352 páginas. Ilustraciones. ISBN 978-84-95159-62-3. PVP. 18 Euros.

Ofrece este libro una peripecia andariega por la serranía pobre de Guadalajara, desde Valdepeñas de la Sierra hasta Sigüenza, visitando las aldeas de la Arquitectura Negra, subiendo al Ocejón, bajando a Valverde, entrando en la cueva del Gorgocil, evocando las minas de Hiendelaencina y las salinas de Imón, sin olvidar Atienza ni los santuarios marianos de la zona.
Decir que Andrés Pérez Arribas amaba intensamente a su tierra no es desvelar ningún misterio, porque al menos desde las primeras páginas de este libro se puede comprobar. Como se puede comprobar al conocer su obra toda, la obra de un sacerdote antiguo, cura de pueblo, que no se limitaba a sus funciones pastorales en las localidades serranas en las que vivió largos años, sino que tenía inquietudes culturales investigando pasados, analizando obras de arte, creando grupos teatrales y montando rifas, exposiciones y viajes, o reconstruyendo con sus propias manos iglesias enteras, como hizo en un principio con la de Alcocer.
Este viaje a pie por la sierra pobre de Guadalajara, realizado a finales del siglo XX, es todo un documento social, más que excursionista. Es un testimonio de cómo era aquel territorio, como estaba organizado y qué pensaban los poquísimos habitantes que quedaban. Estaban seguros de que eran testigos de un final, de un acabamiento, del coda de una forma de vida: pero sabían que si ellos se iban aquello se hundía. Y sin ayudas de nadie, permanecieron. El autor, Pérez Arribas, que es cura en uno de esos pueblos, se mueve por ellos, asciende al pico más alto, se entretiene enumerando las obras de arte de sus iglesias, visita amigos (secretarios, panaderos, guardas forestales, catequistas, y gentes sencillas y rurales, simplemente buenas: españoles de a pie y de profundidades.
Entre los muchos lugares interesantes que visita, y que van todos entrando en la lista de Patrimonio Desaparecido de nuestra provincia, destaco el monasterio de Bonaval, las ruinas de Sacedoncillo, la cueva del Gorgocil, las viejas cocinas de Valdepeñas, la ermita de Peñamira, la aldea de Robredarcas, el puente de Tortuero… pero además asciende trochas, se mete en los robledales, trota entre las ruinas de las minas de Hiendelaencina y sube al Ocejón. En Atienza describe todos sus monumentos, que conoce muy bien, al detalle, y en Sigüenza acaba la excursión rodeado de amigos curas, escritores y poetas, pasando de un templo a un Colegio, y de un paseo a un pinar, sin perder un minuto.

El tiempo de este viajero, de don Andrés Pérez Arribas, parece haberse estirado, grande y extenso, y como con todos los viajes ocurre, en dos semanas se ha visitado medio mundo. Lo más importante de este libro, que está escrito con extraordinaria frescura (el lector que no conozca la forma de escribir de Pérez Arribas se va a llevar una gran sorpresa) es que retrata un mundo ido. Más que una crónica de viajes, es un documento sociológico. Pero entretenido y avisador. Una delicia.

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