José María Escudero de la Peña: “Crónica de la provincia de Guadalajara”. Aache Ediciones y Librería Cobos. Guadalajara, 1994. 74 páginas.
Tamaño folio ampliado, reproducción facsímil del original de 1869.
Reproducción en facsímil de la clásica obra “Crónica General
de España, o sea Historia ilustrada y descriptiva de sus provincias, sus
poblaciones más importantes de la Península y Ultramar: Guadalajara”, escrita
por José María Escudero de la Peña y editada por Rubio, Grilo y Vitturi en
1869. La obra puede considerarse como la primera “Historia de la provincia”
realizada con intención genérica, dentro de un proyecto muy amplio que
comprendía todo el territorio nacional.
El autor realiza un enorme ejercicio de recogida de datos,
de forma bibliográfica y directa sobre el terreno. Inicia el libro con un
primer capítulo dedicado a la geografía, geología, ríos, orografía, flora y
fauna. Le sigue en análisis de pueblos primitivos, distribución de la áreas
arqueológicas, y análisis de los restos prehistóricos más notables en aquella
época. Sigue con la Historia eclesiástica de la provincia, refiriéndose
realmente al análisis de la catedral seguntina, los monasterios medievales aún
en pie, ermitas, templos, personajes clérigos, instituciones, todo ello con
todo detenimiento, gran rigor y detalle.
El cuarto capítulo está dedicado a la historia de la capital
de la provincia, la ciudad de Guadalajara, d ela que expone leyendas e
historias fidedignas, análisis de sus personajes más importantes y de sus
instituciones, como el Concejo, el fuero, etc. El quinto capítulo se dedica al
análisis de las poblaciones más importantes: de Pastrana, Atienza, Brihuega,
las minas de Hiendelaencina, que por entonces eran un gran foco industrial y
poblacional, Hita, Cifuentes, los Baños de Trillo, también muy concurridos,
claves en el desarrollo económico de la Alcarria, y finalmente Cogolludo y su
palacio. En el capítulo sexto dedica Escudero todo su saber y análisis al
Señorío de Molina, pero aún se entretiene en la historia de Pastrana, de Zorita
y de los Baños de La Isabela, otro foco vivo e importante económica y
socialmente.
Acaba con un gran capítulo de “Estadísticas” en el que
realmente lo que hace es el acopio típico (al estilo Madoz, pero con una visión
de globalidad, muy nueva) de datos sobre caminos, industrias, escuelas,
molinos, utilidades, formas de vida, explotaicón agrícola y forestal,
ganadería, etc.
Un libro que además de llevar preciosas ilustraciones de
monumentos, paisajes y personajes, ofrece la primera versión de una “Historia
de la provincia de Guadalajara” que aún no está hecha, y eso que andamos ya por
el siglo XXI. Para quien aún lo intente, o para quien quiera saber el estado de
nuestra tierra en los mediados del siglo XIX, este libro es fundamental. Y
hemos visto que apenas se ha utilizado: porque todos los historiadores acuden a
los Diccionarios generales al uso, como el Madoz, el Miñano, las Relaciones
Topográficas, el Catastro de la Ensenada… pero los datos, enormes, inmensos,
que aporta Escudero de la Peña deben siempre ser tenidos en cuenta.
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