jueves, 7 de febrero de 2013

Vieja crónica de la provincia de Guadalajara


José María Escudero de la Peña: “Crónica de la provincia de Guadalajara”. Aache Ediciones y Librería Cobos. Guadalajara, 1994. 74 páginas. Tamaño folio ampliado, reproducción facsímil del original de 1869.

Reproducción en facsímil de la clásica obra “Crónica General de España, o sea Historia ilustrada y descriptiva de sus provincias, sus poblaciones más importantes de la Península y Ultramar: Guadalajara”, escrita por José María Escudero de la Peña y editada por Rubio, Grilo y Vitturi en 1869. La obra puede considerarse como la primera “Historia de la provincia” realizada con intención genérica, dentro de un proyecto muy amplio que comprendía todo el territorio nacional.
El autor realiza un enorme ejercicio de recogida de datos, de forma bibliográfica y directa sobre el terreno. Inicia el libro con un primer capítulo dedicado a la geografía, geología, ríos, orografía, flora y fauna. Le sigue en análisis de pueblos primitivos, distribución de la áreas arqueológicas, y análisis de los restos prehistóricos más notables en aquella época. Sigue con la Historia eclesiástica de la provincia, refiriéndose realmente al análisis de la catedral seguntina, los monasterios medievales aún en pie, ermitas, templos, personajes clérigos, instituciones, todo ello con todo detenimiento, gran rigor y detalle.
El cuarto capítulo está dedicado a la historia de la capital de la provincia, la ciudad de Guadalajara, d ela que expone leyendas e historias fidedignas, análisis de sus personajes más importantes y de sus instituciones, como el Concejo, el fuero, etc. El quinto capítulo se dedica al análisis de las poblaciones más importantes: de Pastrana, Atienza, Brihuega, las minas de Hiendelaencina, que por entonces eran un gran foco industrial y poblacional, Hita, Cifuentes, los Baños de Trillo, también muy concurridos, claves en el desarrollo económico de la Alcarria, y finalmente Cogolludo y su palacio. En el capítulo sexto dedica Escudero todo su saber y análisis al Señorío de Molina, pero aún se entretiene en la historia de Pastrana, de Zorita y de los Baños de La Isabela, otro foco vivo e importante económica y socialmente.
Acaba con un gran capítulo de “Estadísticas” en el que realmente lo que hace es el acopio típico (al estilo Madoz, pero con una visión de globalidad, muy nueva) de datos sobre caminos, industrias, escuelas, molinos, utilidades, formas de vida, explotaicón agrícola y forestal, ganadería, etc.
Un libro que además de llevar preciosas ilustraciones de monumentos, paisajes y personajes, ofrece la primera versión de una “Historia de la provincia de Guadalajara” que aún no está hecha, y eso que andamos ya por el siglo XXI. Para quien aún lo intente, o para quien quiera saber el estado de nuestra tierra en los mediados del siglo XIX, este libro es fundamental. Y hemos visto que apenas se ha utilizado: porque todos los historiadores acuden a los Diccionarios generales al uso, como el Madoz, el Miñano, las Relaciones Topográficas, el Catastro de la Ensenada… pero los datos, enormes, inmensos, que aporta Escudero de la Peña deben siempre ser tenidos en cuenta.

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