Serrano Belinchón, José: “Guadalajara en la Literatura”.
Aache Ediciones. Guadalajara, 1996. Colección “Scripta Academiae” nº 5. 184
páginas, numerosas ilustraciones. ISBN 978-84-87743-73-3.
De entre la variada obra del profesor Serrano Belinchón,
(que ha sido, todo hay que decirlo, el único Concejal de Cultura del
Ayuntamiento de Guadalajara que ha escrito y tiene publicados libros),
sobresale esta antología de textos sobre la provincia, en un trabajo emérito de
recopilación, de búsqueda, de análisis, que remata en el éxito de conseguir
hacer un libro entretenido y muy variado en su perspectiva, puesto que no son
solo las palabras del autor las que leemos, sino las de docenas de otros
autores.
Lo subtitula “Una tierra para las buenas letras” y va a
demostrar, desde las primeras páginas, que hay una o muchas razones por las que
tanta gente haya escrito tanto sobre Guadalajara. De sus valores (naturales por
principio, pero también históricos, patrimoniales y sociales) se han hecho
lenguas muchas buenas plumas a lo largo del tiempo. Tras un prólogo de Herrera
Casado y una Introducción del propio autor, en que explica su intención
globalizadora y antológica, empiezan a sucederse los autores.
De cada uno de ellos (empieza por el autor del “Cantar de
Mio Cid” y acaba con Carmen Bravo Villasante, Serrano hace un par de páginas de
glosa del autor y de su obra, y a continuación reproduce una o varias páginas
de las obras de ese autor, consiguiendo así una variedad de textos que
realmente nos hace vibrar por la cantidad y calidad de todo lo escogido.
De esos autores, que totalizan 25, podríamos destacar al
Arcipreste de Hita en sus alusiones poéticas y romacescas a las tierras del
Henares, o a don Benito Pérez Galdós, que en muchas de sus novelas, pero
especialmente en los “Episodios Nacionales” destaca y valora los pueblos de
Guadalajara, a los que describe con puntualidad, pues todos los conoció. Lo
mismo le pasa a Pío Baroja, quien en su obra “La nave de los locos” hace un
retrato prodigioso de Molina de Aragón, o de Sigüenza en un artículo publicado
en “El Imparcial” de diciembre de 1901.
La prosa clara de Ortega y Gasset, fragmentos
descriptivos del Alto Tajo por José Luis Sampedro, poemas a la tierra alcarreña
de León Felipe, y las páginas vibrantes en que Andrés Berlanga describe la
progresiva soledad de nuestros pueblos, son algunos de los ingredientes de este
libro, que entretiene, apasiona y nos hace más cultos, a la hora de saber qué
de importante tiene nuestra tierra, y la opinión que les ha merecido a las primeras
plumas de la literatura española a lo largo de los siglos.
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