miércoles, 27 de febrero de 2013

Viaje a los Rayanos


Herrera Casado, Antonio: “Viaje a los rayanos”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2007. Colección “Viajero a pie” nº 8. Premio “Camilo José Cela” de Literatura de Viajes de 1976. 176 páginas. 10 Euros. ISBN 978-84-96236-92-9.

Fruto de una serie de viajes a pie por comarcas que forman frontera con otras provincias y regiones, este libro de Herrera Casado retrata muy fielmente una forma de vivir y una sociedad que está ya un tanto olvidada. El viaje / los viajes que conforman este libro están realizados a principios de los años 70 y están escritos con un lenguaje muy ameno, coloquial, en el que abunda el diálogo con los paisanos con los que el autor se encuentra.
Para dar una idea de lo que son los rayanos, estos es, los pueblos y las gentes que viven en frontera (en raya) con otras provincias, basta echar una ojeada al Indice del libro, en el que vemos cómo el autor anda por los límites de Madrid, de Soria, de Zaragoza, de Teruel y Cuenca. Se encuentra con personajes entonces vivos que ya han pasado a la historia, de forma más o menos notable, y con gentes anónimas de las que solo queda el recuerdo que en estas páginas aparece.
En el capítulo primero, Herrera Casado se va hasta Alcocer, en la orilla del pantano de Buendía, y allí charla con el párroco, don Andrés Pérez Arribas, al que encuentra vestido con mono y subido en lo alto de un andamio arreglando su impresionante templo parroquial.También visita el monasterio de Monsalud en esta raya de Cuenca.
Se pasea luego por la de Madrid, en Villanueva de la Torre y por Uceda hacia la Serranía, describiendo sus difíciles andares por vericuetos serranos en torno a La Vihuela, y por otros caminos mejor hollados como los de Campisábalos, Villacadima y Galve de Sorbe, en todos los cuales surgen personajes, anécdotas y leyendas…
En la raya con Soria es a Hijes, con su vieja Plazuela aún entera, a Ujados con su extrañas cuevas celtibéricas, y a Miedes conde aún le tienen miedo a la Inquisición donde dirige sus pasos el autor. Que finalmente se marcha por los fríos límites de la raya de Aragón, y allí visita Fuentelsaz, y el valle del Mesa. Incluso llega a Alustante y Motos, donde encuentra a otro párroco dinámico y explicativo, don Anselmo Novella, que le muestra detalle a detalle su espléndida parroquia, viajando luego por los entornos de Motos, Setiles y Tordesilos. Un último viaje a Mondéjar para encontrar esencias d ela raya con Madrid, completa este libro que se lee de un tirón y con el que se aprenden muchas cosas nuevas sobre las tierras  y las gentes de Guadalajara. 

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