SerranoBelinchón, José: “El Condestable. De la vida, prisión y muerte de don Alvaro deLuna”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2000. Colección “Scripta Academiae” nº 10.
224 páginas, algunas ilustraciones. 12 Euros. ISBN 978-84-95179-35-7
Un libro de
historia con una intención divulgativa, de tal modo que se lee con facilidad,
sin el acoso de las notas a pie de página, y con cierto aire de crónica del
momento, en la secuencia del día a día y del año a año de un personaje que fue
capital en la política castellana del siglo XV. Pero del que no falta ni un
solo detalle, todo puesto en su orden, y con la valoración cualitativa que las
memorias históricas requieren.
Es este un libro
que puede considerarse un lúcido paseo por las crónicas antiguas, por los
legajos de archivo, por las bibliografías más cuajadas. Lo hace Serrano
Belinchón con la sencillez de un periodista, con su claridad también, con su
rotundidad. Nada queda oscuro, y más de una fecha es corregida, más de un
acontecimiento bien dibujado, porque hasta ahora no se había acometido (salvo
la ya antigua visión de César Silió) la tarea de biografiar por completo, y en
exclusividad, a Álvaro
de Luna.
Quienes gusten de
los fastos, las luchas, los desfiles y las alianzas de la Edad Media
castellana; aún más: quienes disfruten encontrando en la historia cierta la
raíz de nuestra tierra en un castellanismo sin ambages, debe leer este libro de
Serrano Belinchón, que le consagra como un escritor de raza. No sólo claro,
contundente, seguro, sino entretenido y fácil. Un libro que no “se cae de las
manos” sino que apasiona y mueve hasta llegar a su fin, la jornada del 2 de
junio de 1453, en la que don Álvaro cae degollado en la plaza mayor de
Valladolid, un fin terrible pero anunciado, en una época en la que se pasaba de
la gloria a la muerte en cuestión de días. La Rueda de la Fortuna es en este
caso evidente y móvil, y sus cuchillas dejaron el rastro de la sangre viva y
siempre animosa de este caballero que es esencia del Medievo, espejo de sus
hombres duros y avispados, escaparate de una época única y aún hoy atrayente.
Como un resumen,
apresurado, de la obra, podemos dar aquí el vistazo instantáneo y final de
tantas jornadas de viaje por la tierra castellana: el contino del Rey ha alcanzado la cúspide de su poder. Ya es
valido, ya es Condestable
del Reino y Maestre de la Orden de Santiago. Apenas nada se opone a su
incontestado poder. Ser contino de un
Rey, en la Edad Media, era haberse educado junto al monarca, ambos todavía
niños, y haber crecido juntos en la formación militar, en la formación de
letras y humanidades, en los secretos de adolescencia… así de forma «continua»
y regular, se alcanzaba la edad madura, plenos de confianza el uno en el otro.
Un «alter ego» del Rey de Castilla Juan II fue don Álvaro de Luna, un
personaje lleno de brillos y con más de una sombra, que en este libro se
encarga de historiar, en un fabuloso trámite que refiere su biografía de forma
novelada y siempre clara y cierta, José Serrano Belinchón.
Lo titula «El Condestable (de la vida, prisión y muerte de don Álvaro de Luna)»
y a través de sus más de 200 páginas, en breves capítulos que centran todos y
cada uno de los episodios de su vida y final muerte, va ofreciendo la peripecia
vital de este individuo que nació en Cañete (Cuenca) y murió degollado en
Valladolid, pero que discurrió por caminos, castillos y cortesanas reuniones en
mil y un sitios de Castilla. La presentación del libro se hizo, como
corresponde a la esencia de la obra, en un castillo: la tarde del 1 de junio
del año 2000, en Zorita de los Canes, en lo alto de la fortaleza calatrava por
la que, al parecer, nunca apareció don Álvaro de Luna, aunque este se deslizara
sin descanso por muy otras diversas alcazabas guerreras del reino.
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