Isabel Ferreras Cuadrado: “La niña del Castilla”. Aache
Ediciones. Guadalajara, 2019. Colección “Letras Mayúsculas” nº 52. 194 páginas.
ISBN: 978-84-17022-94-5. PVP.: 12 €.
La
segunda parte de una trilogía que la escritora alcarreña Isabel Ferreras está dedicando
a la historia de un lugar emblemático de Toledo, el “Hotel Castilla”, y de la
familia que lo hizo realidad y durante años lo alentó, los Urabayen y Priede.
Si
en la primera parte (“Un hotel para la vieja ciudad”) nos refería la historia
del edificio y sus avatares sociales, turísticos, literarios y arquitectónicos,
en esta segunda lo que nos refiere es algo que va en relación con una de las
protagonistas, con Mercedes Priede Hevia, la esposa de Félix Urabayen. Y esto
es la historia de la Educación Popular en España, con sus vicisitudes
legislativas, las actuaciones y opiniones de los políticos del turno de
partidos respecto a las escuelas, sus maestros y medios pedagógicos, de
seguidores y detractores de ambas vías educativas que tras un largo caminar por
separado terminan por confluir en la que hoy conocemos.
Según
nos dice la propia autora en la introducción de su obra, esta segunda entrega
de la trilogía sobre el “Castilla” está dedicada “al empeño por mostrar la
ascendente presencia de la mujer en las aulas, primero en las de las Escuelas Normales
de Maestras, y después en la Universidad, su
talento y aportación a la cultura antes del siglo XX, cuando les estaba
prohibido saber y era costumbre escamotear sus logros en beneficio del varón,
dueño y señor de muchas ramas de los estudios de alto nivel y, prácticamente,
de cualquier trabajo que tuviera que ver con el intelecto”.
En
esta obra, informativa y novelada, Isabel Ferreras recupera muchos nombres
femeninos, mujeres bien dotadas para las Ciencias Físicas, Químicas y
Matemáticas, también en el ámbito artístico, describiendo dificultades y narrando
sus victorias, desde la popularidad de Maríe Curie o Rosalía de Castro, o desde
el casi anonimato de Ángeles Santos o Josefa Amar. Una interesante relación de
mujeres, pocas y aún privilegiadas que en el inicio del siglo XX (cuando el
ochenta por ciento de las mujeres eran analfabetas) supieron abrir caminos hoy
ya transformados en autopistas.
Es
este un relato sencillo, “amable y distendido”, en el que Isabel Ferreras
apuesta por la memoria íntegra de Toledo, de sus mínimas cosas, de esas “otras
calles” en cuesta, y de tantas personas que fueron laborando y montando una
sociedad, en los primeros años del siglo XX, que luego quedaría desbaratada
completamente por el hecho desgraciado de la Guerra Civil.
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