Aache Ediciones. Guadalajara, 2019.
316 páginas.
Tamaño: 17 x 24 cms.
Encuadernación: rústica.
ISBN,: 978-84-18131-00-4. PVP.: 15 €.
Va este libro de viejas historias, de memorias de la tierra, de personajes que se disolvieron en el olvido, y de mucha emoción, y encuentros.
En la ya contundente carrera literaria de Eugenio Feijoo, faltaba quizás esa “novela histórica” que da la verdadera dimensión de un escritor. Y aquí aparece la de Feijoo, ambientada en la España de la Guerra de la Independencia.
En la ya contundente carrera literaria de Eugenio Feijoo, faltaba quizás esa “novela histórica” que da la verdadera dimensión de un escritor. Y aquí aparece la de Feijoo, ambientada en la España de la Guerra de la Independencia.
Dice el autor en su inicio que esta es “una de esas historias, o leyendas, que se relatan en un viejo manuscrito casualmente descubierto en un viejo arcón. Esa historia que uno “no inventa” sino que “rescata” es un buen comienzo. El autor de ese manuscrito sí se conoce, es un fraile franciscano del convento de San Sebastián, en Auñón (La Alcarria de Guadalajara). Es un gallego que todo lo mira y todo lo sabe, fray Uxío de Abeleda.
En él se refleja la vida en la Alcarria y aledaños durante la invasión napoleónica y años siguientes, pero también otros acontecimientos del momento. Hechos destacados son la muerte del santero o guardián del santuario del Madroñal, en Auñón, que al fallecer a manos de los franceses se llevó a la tumba el lugar donde había escondido los objetos de valor, y durante tiempo se creyeron perdidos. Otro es el desdichado amor de Rosa y Luis que, aunque no están presentes en todas las páginas, son el eje del relato y sin ellos no habría historia. Ambos mantienen un amor sin límites (más allá del tiempo, y del espacio), un amor que finalmente se diluyó en las aguas del padre Tajo.
Es este un libro que se lee con interés desde la primera página, y que nos va descubriendo hechos reales que envuelven las vidas de los personajes imaginados. Una buena mezcla que describe, al tiempo, una Alcarria antigua, tradicional, y muy hermosa. Con un río Tajo al que aún le quedaban aguas para tener vida, y consistencia.
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