viernes, 1 de marzo de 2013

Valdesaz y la leyenda de San Macario


López Sotillo, Jesús María“Valdesaz y San Macario. Origen ,permanencia y cambio de una relación centenaria”. Aache Ediciones. Colección deCastillaPueblos, nº 2. Guadalajara, 2013. 256 páginas. Muchas ilustraciones.

Un libro curioso, muy documentado, con muchas preguntas iniciales y suficientes respuestas finales. Un libro de investigación, en el que ha puesto muchas horas, mucha pasión, y todo su bagaje de intelectual, el autor que tiene sobre sus hombros una larga vida de estudios y análisis de la realidad humana. En este caso, López Sotillo toma la lupa y examina un aspecto del lugar donde sus mayores vivieron durante siglos, para tratar de explicarse la razón de una serie de leyendas que nadie ha llegado a aclarar nunca.
Esas leyendas, cifradas en un solo motivo, vienen a referirse al patronazgo de San Macario sobre Valdesaz. Este santo, al que los santorales al uso colocan en el Egipto cristiano de hace 15 siglos, fue patrón de la villa durante generaciones, hasta llegar un momento en que aparece una figura muy especial, la de un anacoreta que vive en el término, y al que se se le hace patrón, con el mismo nombre, pero con distinta biografía, de este rincón alcarreño.
Para llegar a plantearse el por qué y el cuándo de ese cambio de personajes, López Sotillo tiene previamente que enfrentarse al estudio meticuloso del primitivo anacoreta oriental, San Macario el Viejo, o San Macario el Grande, como s ele conoce en los anales piadosos, y por otra parte analizar los documentos del siglo XVII en los que aparece, como recién llegado, otro San Macario eremita y beatífico ser solitario de los montes de Alcarria, del que se llegaron a contar historias precisas, y que ha venido a tomar el protagonismo en las festividades del pueblo.
Ese cambio de un san Macario en otro, se produce lentamente, sin apenas anclajes documentales, hace siglos. Y de ese cambio, de las tradiciones que genera, de las querencias y fiestas que protagoniza, es de lo que están tejidas las páginas de este libro, que asombra por lo detallista del estudio, por el mimo que pone en intentar dejarnos las cosas claras, a pesar de lo embarulladas que al principio se nos presentan.
Si el libro se lee entero, la cosa quedará clara. Yo al menos “he cogido” el mensaje, y he llegado a pensar –con la razón que tomo de tantos silogismos por parte del autor- que de una figura del primitivo santoral oriental, surge un San Macario literario, construido [¿inventado?] y superquerido en el Valdesaz de hoy y siempre. Documentos, reflexiones, tradiciones, pasiones…. Todo ello cuaja en esta obra rigurosa y meditada de López Sotillo, que se ve que ha disfrutado escribiéndolo. Y eso, para mí al menos, es lo más importante vitalmente hablando de un libro y su autor: que haya puesto pasión y vida en sus páginas, porque al final eso se transmite al lector.
El volumen se completa con un abultado capítulo de “Aumentos documentales” reproduciendo cartas, capítulos, documentos… mil cosas que atañen a la historia. Y luego con multitud de imágenes que nos muestra gráficamente todas las esquinas de esta aventura legendaria: el templo parroquial de Valdesaz, sus ermitas, la naturaleza del entorno, documentos, libros, estatuas, pinturas, elementos tradicionales… en el marco de un historia completa del pueblo, de Castilla entera, de España también. Muy entretenido y útil, en suma. Imprescindible, además, para los bibliófilos de Guadalajara.

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