Martínez Gómez-Gordo, Juan Antonio: “El Doncel de Sigüenza”.
Aache Ediciones. Guadalajara, 2018, 2ª edición. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 16.
112 páginas, ilustraciones en monocromo y color.
Fundamental para conocer en todos sus ángulos la figura de
un personaje que se ha convertido en universal por su muerte y su estatua mortuoria. Antes nadie le conocía, porque era joven y era del montón. Después
de morir, sus padres y su hermano le recordaron poniéndole un solemne sepulcro
en una capilla de la cabecera de la catedral de Sigüenza, en Castilla, y el
conjunto quedó ta afortunado que su fama ha ido creciendo, agigantándose, hasta
ser hoy emblema de la ciudad, y en buena parte de su entorno.
Martín Vázquez de Arce, que así era como se llamaba, nació
no sabemos dónde, pero sí que murió en la vega de Granada, un miércoles de
julio de 1486, en una batalla contra los nazaríes. Educado en el ambiente
cortesano de los Mendoza, en Guadalajara, con ellos se hizo fuerte en el
Humanismo que a finales del siglo XV crecía en los salones del palacio que
fuera del marqués de Santillana. En el ejército de su hijo, el duque del
Infantado, peleó y encontró la muerte. Y esta le ha sobrevivido en la estatua
que alguien talló (Sebastián de Almonacid, Sansovino?) y puso en la capilla de
San Juan y Santa Catalina de la seguntina catedral.
En este libro, el doctor Martínez Gómez-Gordo, cronista
oficial de la ciudad de Sigüenza, nos entrega condensado todo su saber sobre el
personaje, la estatua, el simbolismo, los versos y las páginas que le han
dedicado. Es un estudio completo, perfecto, entretenido y sabio, un estudio que
nos permite saberlo todo del Doncel, y poder ir, una vez más, a admirar su
silueta, su seriedad, su ilustración y el lujo de las formas y los colores. Si
hubiera que definir la elegancia habría siempre que referirse a la pose, al
gesto y a la actitud de Martín Vázquez de Arce.
El libro tiene un primer capítulo dedicado al aspecto
personal del personaje, sus orígenes familiares, su vida, dedicación,
paternidad, luchas y muerte. Le sigue la referencia a las campañas de la guerra
de Granada “en que padre e hijo se hallaron” y pasa finalmente a estudiar la
estatua, los carteles, los escudos, las pinturas que le acompañan, las figuras
que le mediatizan… sin olivdar referir las mejores palabras y textos que
articulistas, poetas e historiadores le han dedicado.
El libro lleva en su cuadernillo central un interesante
estudio de Herrera Casado, cronista provincial de Guadalajara, sobre “Doncel y
muertos que leen” en el que analiza el paradigma del difunto viviente, lector y
reflexivo. Todo muy interesante. Un libro que merece la pena tener y releer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario