Herrera Casado, Antonio: “Illana y su entorno”. Aache
Ediciones. Guadalajara, 1999. Colección “Tierra de Guadalajara”, nº 21. 112
páginas. ISBN 978-84-95179-09-8
Completísima historia de un pueblo de la Baja Alcarria, en
el que han sucedido cosas singulares a lo largo de los siglos. Perteneciente a
la Orden de Calatrava, que en su término, y avizorando la orilla del río Tajo,
tuvo castillo del que aún quedas restos, en este lugar se creó un ambiente
industrial muy amplio, durante el siglo xVIII, gracias a la promoción que le
hizo don Juan de Goyeneche, el ministro y empresario que puso su centro de
operaciones en el recién creado poblado de Nuevo Baztán, hoy provincia de
Madrid.
El historiador Herrera analizo en primer lugar la toponimia,
la geografía, la estructura urbana, la producción agrícola e industrial, y la
sociedad y demografía. Pasando luego a la revisión histórica de pueblos
primitivos, la Orden calatrava en el Medievo, los señoríos del Renacimiento,
hasta llegar la Ilustración en que el pueblo da un gran salto, que no duró
mucho, por desgracia.
En el capítulo del patrimonio, el cronista provincial
examina al detalle la iglesia parroquial, y describe sus altares, especialmente
el mayor, gran tarea del barroco y que supone ser de la autoría de Churriguera,
lo mismo que el palacio que mandó construir en el centro del pueblo el señor
Goyeneche. También nos explica las ermitas, otrospalacios, las fuentes, y el
curioso barrio de las cuevas, lo poco que queda ya de él, visitando algunas de
las casas cuevas que todavía existen, haciendo de ellas planos y tomando datos
de sus propios habitantes. Además de los despoblados que se conserva, como
Aldovera, el autor nos lleva hasta Vállaga, un extraño lugar en el que
permanece en pie una gran fortaleza que señorea la orilla izquierda del Tajo,
antes de pederse en meandros hacia la tierra de Madrid.
Muy bien estructurado, casi modélico, es el capítulo
dedicado al costumbrismo de Illana, con sus fiestas principales, el ciclo
vital, las costumbres intemporales, cánticos, motes, gastronomía y juegos.
Sucede a ese el capítulo de los personajes, en el que destaca con amplitud el
capítulo dedicado a Melchor Cano, más otro muy completo en que narra la vida de
Goyeneche. Un ínice y la bibliografía completan esta historia local, perfecta y
agradable de leer, muy en la línea de lo que son los libros de esta Colección
de monografías, “Tierra de Guadalajara”
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