jueves, 14 de febrero de 2013

La Serranía de Cuenca


Serrano Belinchón, José: “La Serranía de Cuenca”. Aache Ediciones. Guadalajara, 1992. Colección “Aache Turismo” nº 1. 152 páginas, con muchas ilustraciones y planos.

Se trata de una completa guía de la geografía y el patrimonio de ese rincón alborotado y limpio de la provincia conquense que es su Serranía, donde se suman las sorpresas paisajísticas, con los recuerdos históricos y alguna que otra pieza artística de solemnidad. El autor, que es de la tierra, se conoce este ámbito como la palma de la mano, y lo que en limpio saque el lector de este libro le va a ser útil, desde la primera  a la última línea, para planificar excursiones, marchas, rutas y descubrires de esta tierra/sierra cubierta de árboles, de sorpresas geológicas, y de audacias naturales.
Tras una breve introducción preparatoria y aclaratoria de rutas a componer, Serrano nos habla de Las Torcas, como expresiones hermosas y terribles a un tiempo de la evolución de la costra terrestre. Ha luego un estudio de la localidad de Cañete, cuna del Condestable, fuerte por sus murallas y castillo, pero enclavada en paisajes de gran belleza. El siguiente capítulo va dedicado íntegro a la “Ciudad Encantada” dándonos la razón de ser de ese lugar, y las facilidades suficientes para recorrer su conjunto disfrutando de los mejores bloques pétreos que parecen tener vida y lenguaje propios.
El Hosquillo y su reserva de caza y fieras en libertad descubrimos otra versión de la naturaleza, la animal, que para muchos será el primer destino de todos los que ofrece este libro. Sigue luego una ruta junto al Júcar, con paisajes espléndidos, y dedica otra excursión al nacimiento del río Cuervo, que cuando quiere ponerse hermoso lo consigue con creces.
Hay un capítulo más dedicado a la Vega del Codorno, y en otro nos describe Beteta, su serranía, y las maravillas de sus entornos naturaleza, además de lugares como Poyatos, el castillo de Rochafría, el viejo puente sobre el Escabas y los enclaves que este río va creando en torno a la villa. Dos excursiones más nos regala Serrano: una al Balneario de Solán de Cabras, del que cuenta brevemente su historia y señala las cosas de importancia que hay que ver. Y otra a Santa María del Val y Tejadillos. Con una Guía de Urgencia para tener a mano los datos imprescindibles para el viaje (carreteras, clima, restaurantes, gasolineras, hoteles, visitas, horarios, etc) y un índice, se completa este libro que sigue siendo un magnífico compañero de un viaje que, antes o después, todo andarín por España deberá hacer, porque la Serranía de Cuenca es de esos lugares “a los que a la gente no le da la gana ir” pero que al final quien alguna vez va, o pasa cerca, volverá siempre.

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