Pérez Arribas, Andrés: “Viaje por la Serranía de Guadalajara”. Aache Ediciones. Colección “Viajero a pie” nº
5. Guadalajara, 2002. 352 páginas. Ilustraciones. ISBN 978-84-95159-62-3. PVP.
18 Euros.
Ofrece este libro una
peripecia andariega por la serranía pobre de Guadalajara, desde Valdepeñas de
la Sierra hasta Sigüenza, visitando las aldeas de la Arquitectura Negra,
subiendo al Ocejón, bajando a Valverde, entrando en la cueva del Gorgocil,
evocando las minas de Hiendelaencina y las salinas de Imón, sin olvidar Atienza
ni los santuarios marianos de la zona.
Decir que Andrés Pérez Arribas amaba intensamente a su tierra no es desvelar ningún misterio, porque
al menos desde las primeras páginas de este libro se puede comprobar. Como se
puede comprobar al conocer su obra toda, la obra de un sacerdote antiguo, cura
de pueblo, que no se limitaba a sus funciones pastorales en las localidades
serranas en las que vivió largos años, sino que tenía inquietudes culturales
investigando pasados, analizando obras de arte, creando grupos teatrales y
montando rifas, exposiciones y viajes, o reconstruyendo con sus propias manos
iglesias enteras, como hizo en un principio con la de Alcocer.
Este viaje a pie por la
sierra pobre de Guadalajara, realizado a finales del siglo XX, es todo un
documento social, más que excursionista. Es un testimonio de cómo era aquel
territorio, como estaba organizado y qué pensaban los poquísimos habitantes que
quedaban. Estaban seguros de que eran testigos de un final, de un acabamiento,
del coda de una forma de vida: pero sabían que si ellos se iban aquello se
hundía. Y sin ayudas de nadie, permanecieron. El autor, Pérez Arribas, que es
cura en uno de esos pueblos, se mueve por ellos, asciende al pico más alto, se
entretiene enumerando las obras de arte de sus iglesias, visita amigos
(secretarios, panaderos, guardas forestales, catequistas, y gentes sencillas y
rurales, simplemente buenas: españoles de a pie y de profundidades.
Entre los muchos lugares
interesantes que visita, y que van todos entrando en la lista de Patrimonio Desaparecido de nuestra provincia, destaco el monasterio de Bonaval, las ruinas
de Sacedoncillo, la cueva del Gorgocil, las viejas cocinas de Valdepeñas, la
ermita de Peñamira, la aldea de Robredarcas, el puente de Tortuero… pero además
asciende trochas, se mete en los robledales, trota entre las ruinas de las
minas de Hiendelaencina y sube al Ocejón. En Atienza describe todos sus
monumentos, que conoce muy bien, al detalle, y en Sigüenza acaba la excursión
rodeado de amigos curas, escritores y poetas, pasando de un templo a un
Colegio, y de un paseo a un pinar, sin perder un minuto.
El tiempo de este viajero,
de don Andrés Pérez Arribas, parece haberse estirado, grande y extenso, y como
con todos los viajes ocurre, en dos semanas se ha visitado medio mundo. Lo más
importante de este libro, que está escrito con extraordinaria frescura (el
lector que no conozca la forma de escribir de Pérez Arribas se va a llevar una
gran sorpresa) es que retrata un mundo ido. Más que una crónica de viajes, es
un documento sociológico. Pero entretenido y avisador. Una delicia.
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