Si el más conocido de los edificios históricos de la ciudad de Guadalajara es el palacio de los duques del Infantado, por su grandiosidad volumétrica, y por la exuberancia de su decoración tardogótica, no le va a la zaga el palacio de don Antonio de Mendoza, uno de los próceres de aquel linaje, que también en los años finales del siglo XV inició la construcción de sus casas principales. Al conocer la diferencia de años en la construcción de uno y otro edificio, de tan sólo 5-7 años, sorprende el cambio radical de estilos de uno a otro, pues si el don Iñigo López de Mendoza, segundo duque, es la efervescencia del estilo gótico flamígero, el de su sobrino don Antonio de Mendoza es ya el más puro del renacimiento.Situado en la parte baja de la ciudad antigua, y durante muchos años dedicado (desde 1850 hasta la actualidad) a Instituto de Enseñanza Media, el valor de esta construcción es enorme, por cuanto puede decirse que muy probablemente sea el primer palacio construido en la península ibérica en estilo puramente renacentista.Su autor, Lorenzo Vázquez, tras su viaje de aprendizaje por Italia, y contratado por los Mendoza para dotar a sus nuevos edificios de los cánones del nuevo lenguaje arquitectónico proveniente de la península latina, levanta en Guadalajara este edificio que es suma de las perfecciones y los equilibrios, pura medida, pulcritud al máximo en la estructura, la perspectiva, los adornos, los recursos constructivos: admirable su patio, especialmente llamativo por la doble serie de galerías y los capiteles de “Renacimiento alcarreño” que aquí se estrenan. Maravillosa la portada que da al patio interior hoy demasiado espeso de vegetación, antaño despejado, en la que sobresalen los triunfos militares y las frases de exaltación clásica. Y especialmente llamativa la portada del anejo edificio de la iglesia de la Piedad, que mandado construir unos años después, hacia 1535, por doña Brianda de Mendoza, expone la manera más preciosista de medir y tallar de Alonso de Covarrubias.Estas maravillas del arte, junto a las vicisitudes históricas del personaje, de su familia y del entorno guadalajareño de la época, en los inicios del Siglo del Renacimiento, son las que aportan en su libro los profesores Antonio Herrera Casado y Antonio Ortiz García, que se demuestren conocedores a fondo del tema.Es este un libro que monográficamente nos da la visión completa de un edificio, aislado, pero muy expresivo del ser monumental y sobrio de esta ciudad castellana, Guadalajara, que hoy ha cuidado su legado cultural en los pocos edificios que han sobrevivido, y en este del palacio de don Antonio de Mendoza nos ofrece y explica el devenir del arte en el contexto de una historia.
Datos del libro: Herrera Casado, A.; Ortiz García, A.: El palacio de don Antonio de Mendoza en Guadalajara. Aache Ediciones, 1997. 104 páginas. Ilustraciones en color. ISBN 84-87743-81-1. Precio, 6 Euros.
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