Pareja Serrrada, Antonio: “Leyendas y tradiciones alcarreñas”,
recopilación, estudio previo y notas, de José Ramón López de los Mozos. Aache
Ediciones. Guadalajara, 2015. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 96. 144
páginas, ISBN 978-84-15537-93-9. PVP: 10 €.
Un
nuevo libro de la Colección “Tierra de
Guadalajara” viene a ofrecernos un buen puñado de páginas, -entretenidas y
apasionadas- sobre un tema que nunca cansa, y que a pesar de ser conocido, y
aprendido desde pequeños, se nos viene a los ojos, a los oidos y al corazón con
el empuje nuevo de lo más querido. El libro ofrece un total de 27 leyendas de
Guadalajara que son recogidas del decir popular, de las historias y de las
ensoñaciones de la gente. Como bien dice el recopilador y analista del
conjunto, el etnógrafo José Ramón López de los Mozos, “La mayor parte del conjunto trata de temas históricos, algunos
conocidos en parte o sintéticamente -con perfiles más o menos borrosos .
Generalmente están basadas en hechos reales, mientras que otras aluden a la
hagiografía briocense, por la que tanto cariño sentía nuestro autor,
especialmente hacia la Virgen de la Peña, principal advocación briocense”.
Es
don Antonio Pareja Serrada el autor de los textos que conforman este libro. Los
escribió a principios del siglo XX, y los fue publicando en el periódico
quincenal “El Briocense” que él fundó y dirigió desde 1904 a 1907. Con un
lenguaje fluido, acorde con la época, pero fácil de leer y nada empalagoso, va
desgranando una serie de más de dos docenas de tradiciones, recogidas de los
libros de historia y de la tradición popular, rehechas, adornadas, bien
compuestas en diálogos y descripciones. De forma que se leen sin esfuerzo. Es
más: se leen con entusiasmo, y cuando acaban siempre saben a poco. Nis gustaría
seguir leyendo aventuras de princesas moras y bravos caballeros.
La
mayoría de las leyendas son del área briocense. Todas de la provincia, y entre
ellas algunas relativas al Señorío de Molina, como la dedicada a la historia
del Butrón, y la de La Matanza de Cillas, cuando el día de Santa Catalina los
asaltantes molineses se hicieron con su castillo.
En
Brihuega se centran bastantes de estas tradiciones: la de las Salves del Cerco
(de 1445) evocando el asalto a la villa por parte de las tropas navarras, y la
defensa de los brihuegos que quedó plasmada en aquellas siete salves que siguen
cantando los siete días que median entre la Trinidad y la Pascua… o la poco
conocida referencia a la pelea entre Alhakem y el joven mozárabe defensor de
Elima. Se añaden la historia de la participación de los tercios brihuegos en la
toma de Córdoba, con su capitán Domingo Muñoz a la cabeza, y se hace alusión
también al Paso Honroso de Torija en el siglo XVI.
De
la Alcarria surgen memorias bien entretenidas por estas páginas. Así de Jadraque
nos llegan los ecos del Regreso del Indiano, con la historia de don Juan
Gutiérrez de Luna, y en “El ocaso de un astro” la definitiva pelea entre la
favorita Princesa de los Ursinos, y la reina Isabel de Parma, que la expulsa
directamente desde la Casa de las Cadenas, de la plaza mayor jadraqueña, a
Francia… pero también nos encontramos con la historia, sencilla y emotiva, de
doña Mayor Guillén de Guzmán, señora de Alcocer y cifuentes, abandonada por el
rey Alfonso, o la truculenta memoria de “La Peña de don Astolfo” junto a las
Entrepeñas del Tajo, y que en Sacedón le recuerdan como Don Apóstol que murió
en las aguas del río cuando las llevaba. Aun cabe la memoria de la actriz “La
Calderona” que encandiló al rey Felipe IV incluso cuando ella se recluyó monja
entre los muros del monasterio benedictino de Valfermoso.
De
todas estas “Leyendas y Tradiciones” sacamos un buen regusto a conseja vieja, a
infantil demanda y puros ancestralismos. Es la Alcarria la que tiembla tras sus
explicaciones, y por sus caminos, por sus “galianas” y oteros van desfilando (y
quedándose para siempre en nuestra memoria) personajes como Carlos infante de
Francia, don Beltrán de la Cueva, la Princesa de los Ursinos o el propio MartínVázquez de Arce, “El Doncel” de Sigüenza, que por Illora se halló cuando la
toma, que también Pareja Serrada refiere en este libro, entretenido y ejemplar.
Una pequeña joya del alcarreñismo militante.
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