martes, 29 de enero de 2013

El mejor palacio, el del Infantado


Antonio Herrera Casado: El palacio del Infantado en Guadalajara. Aache Ediciones. Guadalajara, 2001, 3ª edición. Colección “Tierra de Guadalajara”, nº 3. 96 páginas, láminas a color. Tamaño 13,5 x 21 cms. ISBN 978-84-95179-55-5

Con varias ediciones en su haber, este es el título clásico que describe y muestra a los viajeros la esencia de uno de los edificios más hermosos de toda Castilla: el palacio que para su residencia, su administración y su rango mandaron erigir los duques del Infantado, título máximo del linaje de Mendoza. Lo hicieron en la parte baja de su ciudad, la Guadalajara de finales del siglo XV, y se lo encargaron a uno de los más prestigioso arquitectos europeos del momento, Juan Guas.
En este libro, de cómodo manejo porque está en formato de bolsillo, con capítulos breves y concretos e imágenes claves para admirar la generalidad y los detalles del edificio, el cronista Herrera ofrece, primero de todo, una visión genérica de la familia Mendoza, explicando la forma en que este linaje utiliza los nombres y apellidos de sus máximos representantes, las ramas diversas en las que se diversifica, y los personajes de mayor relieve que en el palacio viven.
Sigue con “La historia en el palacio” contando los detalles de su proyecto y ejecución, los hechos importantes acaecidos en su interior (la boda de Felipe II con Isabel de Valois, entre otros) y pasa luego a la descripción del edificio, de su fachada, cuajada de simbolismos y mensajes, de su patio de los leones, fastuoso lugar donde la gloria de un linaje quiere manifestarse, señalando luego en otro capítulo los nombres de quienes hicieron posible esta maravilla: desde el arquitecto, genial en cualquier caso, a los escultores, decoradores, rejeros, pintores, etc.
El paseo por el edificio nos permite conocer sus elementos más preciosos: la fachada, el patio, los salones bajos decorados a la italiana, los jardines, galerías, salones con artesonados (que se perdieron en la Guerra Civil), el zaguán, los objetos y pinturas perdidos, la referencia a cómo fue la vida en el palacio, acabando finalmente con una referencia amplia y detallada del Museo Provincial de Bellas Artes que actualmente está abierto en las salas bajas de este edificio.
En suma, un libro pequeño, útil, fácil de leer y manejar, que ha servido a miles de visitantes para conocer, y recordar luego, su visita a este gran “palacio de los duques del Infantado” de Guadalajara, para el que todavía está pendiente la petición de edificio Patrimonio de la Humanidad, pues su buen estado de conservación y sus peculiaridades le hacen claro candidato a ese título. 

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