Herrera Casado, Antonio: “Historia de Almonacid de Zorita”.
Guadalajara, 2004. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 47. 2ª
edición. 296 páginas. Muchas ilustraciones y grabados.
Desde que se publicó su primera edición, en 1990, el libro sobre
Almonacid de Zorita que escribió el cronista provincial Herrera Casado se
convirtió en un clásico de cómo se trata una historia de un pueblo pequeño. Con
la misma estructura que otros libros del autor y publicados en esa colección
“Tierra de Guadalajara” que ha llegado a crear un estilema editorial, el autor
ofrece tras los consabidos prólogos e introducciones, un primer apartado de
geografía, con un estudio de la naturaleza circundante, población del lugar y
toponimia de su apelativo. Sigue la visión secuencial y cronológica de su
historia, desde tiempos prehistóricos, de los que quedan mínimas huellas,
pasando por romanos, visigodos, árabes y llegando a la Edad Media cristiana en
la que se produce reconquista y repoblación, fuero, concejo y finalmente
dominio señorial de la Orden de Calatrava.
Los tiempos modernos (siglos XVI al XIX) son estudiados con
pormenor, porque el autor dispone y examina con meticulosidad de toda la
documentación original del archivo municipal. Son muchos y muy interesantes los
pergaminos, legajos, libros de actas y documentos que posibilitan construir un
edificio firme y completo, con una visión exacta de la historia de la villa.
Las instituciones religiosas son estudiadas luego, y se
completan con la referencia biográfica de los más importantes sujetos que
nacieron en el pueblo a lo largo de los pasados siglos. Entre otros el escritor
Matías Escudero y varios religiosos, hasta parar en el poeta León Felipe, que
vivió unos años como farmacéutico, o el Premio Nobel Camilo José Cela que dejó
interesantes páginas sobre Almonacid.
Le sigue el clásico apartado, concienzudo y perfecto, como
siempre se enfrenta a estos temas el cronista Herrera, del patrimonio
monumental de la villa, analizando primero la estructura urbana, describiendo
el trazado de sus murallas medievales, de las que solo quedan fragmentos y
algunas puertas, y pasando luego al análisis de los edificios y sus detalles
más relevantes: la iglesia parroquial, la ermita de la Luz, el convento de los
Jesuitas, el de las Concepcionistas, el palacio de los condes de San Rafael, el
Humilladero, los altos palotes, la torre del reloj, y la picota.
No olvida en absoluto, en el capítulo del costumbrismo, la
descripción de las fiestas, de ayer y de hoy, así como la artesanía que se produjo
en el pueblo, en siglos pasados, y las leyendas que desde antiguo corren. Finalmente, la Naturaleza recibe la atención
que merece con la descripción de todos sus elementos de interés, que son
muchísimos, a través de diversas rutas por las que el lector/viajero ha de ir
recorriendo maravillas de agua, monte y vegetación.
Un abultado capítulo de Apéndices permite al lector y al
erudito encontrarse don los documentos vivos, directos, que dieron lugar a
muchos de los capítulos anteriores. Se reproducen íntegras las contestaciones a
las Relaciones Topográficas de Felipe II, al Catastro del marqués de la
Ensenada, y las Ordenanzas Municipales de 1906 en lo tocante a la forma y
distribución de riegos, hecho capital del pueblo durante siglos. En definitiva,
un libro modélico que sigue vivo y fresco, y que deberían leer todos los hijos
(o nietos) de Almonacid, y todos los interesados en la vida y milagros de la
tierra alcarreña.
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