Es este un libro de imágenes y de paseos, un libro de
información sucinta, y de preciosas fotografías, que pretende poner ante los
ojos, y sobre las manos del lector, un caudal inacabable de fuentes que todavía
existen en la ciudad de Sigüenza y en sus más inmediatos alrededores.
Así el autor recuerda las que fueron y ya no son (la fuente
de la placita de las Cruces, la del Fielato) y las que todavía sorprenden por
su grandiosidad monumental (la de enfrente a la catedral) o nos enamoran por su
sencillez, como la del final de la Alameda. De todas ellas, José María Muñoz
Cebrián escribe unas líneas que las identifica y describe, y pone una
fotografía que nos la muestra y permite que vayamos a visitarla.
Esto mismo hace con las del pinar, y las que surgen por los
caminos que recorren los caminantes en torno a Sigüenza: la fuente del Abanico
camino de Medinaceli, la Fuente del Obispo, en las tapias de los Maristas, o
las del Mocho y el Tejar, o las del Campamento, la de don Eugenio y la
Pinarilla.
Aunque es sorprendente la cantidad de fuentes que hay en la
vieja ciudad episcopal, aún puede resultar más sorpresivo encontrar otras
muchas en los pueblos de los alrededores, y así visitar el encanto de Pozancos
en otoño, con su fuerte cubierta de hojas brillantes; o ver la fuente de Sauca
poniendo contrapunto al templo románico. De Mandayona pone varias, y sobresale
la fuente de las bodegas, y en Horna describe y destaca el mojón de donde nace
el Henares, teóricamente la más importante de todas las fuentes seguntinas, pues
da vida a un río entero.
El autor de este libro de “Fuentes de la Tierra deSigüenza”, don José María Muñoz Cebrián, que fue químico y biólogo, y ya no
está entre nosotros, pasó largas temporadas en Sigüenza y tomó como “hobby”
apasionante el visitar, anotar y fotografiar todas sus fuentes. De ese entusiasmo y de esos trabajos surgió
esta obra que Aache publicó, por su encargo, en 2004, y lo puso como número 53
en la Colección “Tierra de Guadalajara” en la que tantas minucias y tantas
grandiosidades se han dado cita a lo largo de los años. En la que, de cualquier
forma, está entera Guadalajara, dibujada, vista, añorada…
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