lunes, 11 de febrero de 2013

Viaje a los monasterios


Herrera Casado, Antonio: “Monasterios y Conventos deCastilla-la Mancha”. Ediciones Aache. Guadalajara, 2005. Colección “Tierra deCastilla-la Mancha” nº 5. 272 páginas. Muchas ilustraciones a color.

Como un catálogo de institutos religiosos, especialmente los más antiguos, más cargados de historia y con mayor interés monumental (y turístico) está concebido este libro, en el que Herrera Casado (que cuenta desde 2011 con el título de castellano-manchego de honor) hace un estudio amplio, muy clarificador, de los grandes monasterios y conventos de esta región.
Se fundamenta para ello en sus estudios bibliográficos fundamentalmente, en su visita personal a todos los lugares que narra, y también en algunos casos (especialmente Guadalajara y Cuenca) en basamentos documentales originales. En todo caso, el libro tiene una homogeneidad que tranquiliza, pues en cada provincia están tratados los monumentos monasteriales con igual rigor y con idénticas prioridades, aunque en la tierra de Toledo es donde, sin duda, el autor ha tenido que ir más de prisa, y reprimirse un poco en los detalles, porque el caudal toledano respecto a las otras provincias es señaladamente más amplio.
En la introducción de la obra, Herrera examina de una forma general los edificios, luego el patrimonio (muchos de ellos lo constituyen, otros no, en algunos casos por haber desaparecido, en otros por haber sido casi abandonados), las figuras que lo forman, especialmente fundadores, santos, ilustres varones y féminas que dieron sentido a estos edificios.
Se suceden luego las referencias a los principales conventos y monasterios de las cinco provincias, por orden alfabético, y dentro de ellas, y por destacar algo, el autor estudia en Yeste el convento de los franciscanos, en Almagro las calatravas,en Uclés el gran convento de los santiaguistas, en la provincia de Guadalajara los grandes monasterios cistercienses medio olvidados y ruinosos (Ovila, Bonaval, Monsalud, Valfermoso, Sopetrán, Atienza, Molina, Mondéjar…) y en Toledo se enfrenta primero a San Juan de los Reyes, y luego a los mínimos lugares de la provincia o a la veintena larga de conventos ciudadanos entre los que destacan San Clemente, Santo Domingo, San Pedro Mártir, Montesión… hasta Talavera llega con el análisis (y la sorpresa) de su gran patrimonio conventual construido exclusivamente con ladrillo) y en fin, cada página y cada capítulo es una sucesión de sorpresas…
Simplemente decir que en este catálogo monumental se acercan a los 300 los edificios estudiados, unos con gran detalle, otros de pasada, pero en todo caso con la pulcritud a que nos tiene acostumbrados el autor, y con la utilidad que incluso como guía de viaje tiene este tipo de publicaciones no en balde se le ha reconocido a Herrera Casado su mérito de haber sido uno de los escritores, historiadores y divulgadores que más han hecho por establecer el patrimonio de Castilla-La Mancha como un conjunto de evidencias que posibilitan el viaje y por tanto el turismo cultural.

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