José Mª Ferrer González, Antonio Herrera Casado: Museos de Castilla - La Mancha. Colección
"Tierra de Castilla-La Mancha", nº 6. 352 páginas, con
fotografías a color y planos. 25 Euros.. Internet: http://www.aache.com/tclm/tierra06.htm
Muy oportuna nos parece la llegada y pública
presentación del libro “Museos
de Castilla-La Mancha” que acaban de escribir y ver
publicado los conocidos autores de temas castellanomanchegos, José María
Ferrer González y Antonio Herrera Casado.
Y es oportuna, porque va a ser una importantísima
ayuda para mantener y aún acrecentar el flujo de visitantes, viajeros y
admiradores que poco a poco ha ido ganando nuestra Región. Porque los
“turistas” que buscan la emoción de la historia, el arte y los valores
culturales en sus viajes de interior, en amplio porcentaje visitan museos como
un complemento perfecto de su admiración por paisajes y monumentos.
Esta “Guía de los Museos de Castilla-La Mancha”, con
casi 400 páginas de densa información, y una carga gráfica generosa, es la
perfecta ayuda para esos viajes, y para la preparación de los mismos. Provincias
cargadas de arte y memoria son las cinco que forman la región castellano-manchega.
De cada una de ellas, este nutrido catálogo de museos trae ejemplos.
De Albacete, por ejemplo, además de su interesante núcleo
de arqueología y legado “Benjamín Palencia” están los conjuntos dedicados a la
cuchillería, la escuela española, los tambores en Tobarra, los toros en Hellín,
la cerámica en Chinchilla y las acuarelas de Requena en Caudete.
De Ciudad Real, tras las sorpresas de sus nutridos
museos capitalinos, surgen las espléndidas colecciones de pintura en
Valdepeñas, a las que remata la increíble memoria de Gregorio Prieto en su
Fundación, y la historia completa del Teatro Español en Almagro, sin olvidar
los curiosos molinos de Campo de Criptana, cada uno dedicado a un tema
específico.
En Cuenca es el Arte Abstracto en sus Casas Colgadas,
o la onírica Fundación de Antonio Pérez en el viejo cenobio carmelitano los que
nos dan la bienvenida junto al supermoderno Museo de la Ciencia, teniendo en la
provincia los extraordinarios conjuntos de Uclés, la ciudad romana de
Segóbriga, la colegiata de Belmonte y el Museo de Tradiciones Populares de
Priego, sin olvidar el conjunto de Cañete.
Decenas de interesantes museos que se continúan en
Guadalajara con el que puebla las salas bajas del Palacio del Infantado, los
tres excepcionales conjuntos de Atienza, la suma de arte y religión de
Sigüenza, y el atisbo de la tapicería flamenca en Pastrana, más la popular rima
de la miel en Peñalver y
los trajes en Tendilla.
Es finalmente Toledo la que sin duda colma todas las
expectativas, con más de 20 museos en la capital, entre los que sobresalen los
dedicados al Greco, las sinagogas, los viejos conventos de clausura, el Alcázar
con su recuerdo al Ejército, la memoria de Victorio Macho, el soberbio plantel
de lo contenido en Santa Cruz, más las maravillas de la cerámica en Talavera,
los recuerdos de Cervantes en Esquivias, las ediciones prolijas del Quijote en
El Toboso, los silos de Villacañas...
Imposible referir, ni por solo el título, esos casi
doscientos museos que tenemos en Castilla-La Mancha: todo un mundo poblado de
arte y sorpresas, de color y memoria: un libro imprescindible, si queremos
saber de dónde venimos, y cuales son nuestras señas de identidad justas.
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