Berlinches Balbacid, Juan Carlos: “ViolenciaPolítica en la provincia de Guadalajara (1936-1939)”. Aache Ediciones.
Colección “Letras Mayúsculas” nº 40. 80 páginas, ilustraciones, 10 Eturos.
En el capítulo de la historia contemporánea de
Guadalajara, hay todavía muchas páginas sin escribir. Y una de ellas es la que
corresponde a la administración de justicia en nuestra provincia, de la que
apenas se ha escrito. Se ha analizado la evolución de los procesos electorales,
de las tendencias sociales, de la enseñanza, del arte y la religión, de los
alcaldes y las fiestas, pero de la Justicia y sus formas de actuar en los
conflictos y en los problemas sociales, no se había hablado.
El nuevo libro de Juan Carlos Berlinches
Balbacid viene a hacerlo, y además sobre un periodo muy concreto de la historia
del siglo XX, del más dramático de toda la centuria, el del trienio en que se
desarrolló la Guerra Civil, de 1936 a 1939. Momento de pasiones desatadas, de
conflictos sociales llevados al máximo, de tensiones personales. En el que hubo
justicia, llevada a extremos, y en el que cada una de las partes en conflicto
desarrolló sus leyes y las aplicó sin clemencia.
Como estaba sin desarrollar esa visión de la
historia social, Berlinches ha tratado, con brevedad y precisión, de centrar su
investigación en la forma y los instrumentos con que la República Española se
defendió de la rebelión militar que dio paso, en su permanencia y progresión, a
la Guerra Civil que duró de julio del 36 a marzo del 39, dejando detrás una
estela de un millón de muertos.
Simplemente con analizar el índice del libro
que acaba de aparecer, editado por Aache e incluido como nº 40 en su colección
“Letras Mayúsculas”, nos podemos hacer idea de lo que pretende el autor. Es
breve y va al grano. En su primer capítulo nos da un boceto introductorio de la
situación, y en el segundo propone las líneas genéricas de la conflictividad
social que se propició, en nuestra provincia al menos, emanada desde los problemas
agrarios, sumidos en la antigüedad de los señoríos medievales y el caciquismo
permanente, y desde las incipientes perspectivas industriales, como la Fábrica
de Motores de la Hispano-Suiza, la Pizarrita, los ferrocarriles y poco más,
porque poco más constituía el tejido económico de esta tierra, ya entonces
deprimida.
Ya el tercer capítulo es el que se constituye
como eje del libro, y en él nos da el autor la visión del Alzamiento Militar
comandado por Franco y sus generales desde Marruecos, viendo como es tres días
después que los militares alcarreños, apoyado por civiles de derechas, se suman
al mismo, y también en otros dos días más de combates poco menos que
artesanales se concluye la aventura, dejando un reguero de muerte y sobre todo
de resentimiento que va a dar lugar a una larguísima secuela de enconos.
Vienen estos originados por la represión que
el gobierno de la República ejerce sobre todos aquellos que habían intervenido
en el Alzamiento, o sobre los que habían estado siquiera fuera en palabra y
opinión, a favor del mismo. Se estudian los tres elementos de justicia, en
forma de Tribunales, con que el gobierno legal se dota, como reacción al golpe
militar, y luego en el transcurso de lo que fue la Guerra, más larga y terrible
de lo que todos imaginaron.
Estos tribunales, que son el Tribunal Especial
Popular, el Especial de Guardia y el Especial de Rebelión Militar, van a ser
los encargados de juzgar y aplicar las leyes emanadas, deprisa y corriendo, de
un gobierno que debe defenderse de una agresión estructural. Aplicando esas
leyes, los tribunales actuaron rápidamente y con contundencia, analizando caso
por caso, dictando sentencias, de muerte en unos casos, de prisión y de
consecuencias económicas y laborales.
Juan Carlos Berlinches nos ofrece, sacados de
los archivos por él analizados y que al final del libro especifica, muchos
datos, cantidades y anécdotas. Muchos nombres conocidos, muchas circunstancias
sorprendentes, y un poso de amargura que siempre deja tras sí la ejecución de
la justicia que se conmueve más por las voces que claman en la calle que por la
serena simplicidad de lo escrito en los códigos. Tras analizar leyes,
aplicaciones, ejemplos y casos, nos lleva a la visión de otros aspectos de la
justicia republicana sobre quienes participaron en el Alzamiento: los
funcionarios y sus procesos de depuración. Gente que trabajaba en el
Ayuntamiento, en la Diputación, como profesores, delineantes, o simplemente
limpiadoras, fueron sometidos a procesos y expulsados. Muchos de ellos, debieron
pasar por los mismos procesos al acabar el conflicto, ante el nuevo Régimen. Y
demostrar siempre su trayectoria de personas corrientes y molientes que
simplemente se vieron sumidas en la vorágine de un río desbordado que todo lo
devoraba.
Con unos apéndices gráficos y la bibliografía
y relación de archivos utilizados, Berlinches Balbacid da fin a este librito
que se lee en dos sentadas y nos da un aspecto, nítido y sucinto, de un momento
de la historia de Guadalajara contemporánea: la de la Violencia Política en el
más dramático impasse del siglo XX. La de la Guerra Civil.
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